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Marcos 7:25-35 La Palabra Versión Española (BLP)

25. Una mujer, cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, supo muy pronto que Jesús estaba allí y vino a arrodillarse a sus pies.

26. La mujer era griega, de origen sirofenicio, y rogaba a Jesús que expulsara al demonio que atormentaba a su hija.

27. Jesús le contestó:— Deja primero que los hijos se sacien, pues no está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perros.

28. Ella le respondió:— Es cierto, Señor; pero también es cierto que los cachorrillos que están debajo de la mesa comen las migajas que se les caen a los hijos.

29. Jesús, entonces, le dijo:— Por eso que has dicho puedes irte, pues el demonio ya ha salido de tu hija.

30. La mujer regresó a su casa y encontró a su hija acostada en la cama y libre del demonio.

31. Jesús salió de nuevo de la región de Tiro y, pasando por Sidón*, se dirigió al lago de Galilea* a través del territorio de la Decápolis.

32. Estando allí, le llevaron un hombre que era sordo y tartamudo, y le rogaron que pusiera su mano sobre él.

33. Jesús se llevó al hombre aparte de la gente y, cuando ya estaban solos, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva.

34. Luego, mirando al cielo, suspiró y exclamó:— ¡Effata! (que significa «¡Ábrete!»).

35. Al punto se abrieron los oídos del sordo, se le desató la lengua y pudo hablar correctamente.

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