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Marcos 14:50-67 La Palabra Versión Española (BLP)

50. Y todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

51. Un muchacho, cubierto solo con una sábana, iba siguiendo a Jesús. También quisieron echarle mano;

52. pero él, desprendiéndose de la sábana, huyó desnudo.

53. Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote; y se reunieron también todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley.

54. Pedro, que lo había seguido de lejos hasta la mansión del sumo sacerdote, se sentó con los criados a calentarse junto al fuego.

55. Los jefes de los sacerdotes y el pleno del Consejo Supremo andaban buscando un testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte; pero no lo encontraban

56. porque, aunque muchos testificaban falsamente contra él, sus testimonios no concordaban.

57. Algunos se levantaron y testificaron en falso contra Jesús, diciendo:

58. —Nosotros lo hemos oído afirmar: «Yo derribaré este Templo obra de manos humanas y en tres días construiré otro que no será obra humana».

59. Pero ni aun así conseguían hacer coincidir los testimonios.

60. Poniéndose, entonces, de pie en medio de todos, el sumo sacerdote preguntó a Jesús:— ¿No tienes nada que alegar a lo que estos testifican contra ti?

61. Pero Jesús permaneció en silencio, sin contestar ni una palabra. El sumo sacerdote insistió preguntándole:— ¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Bendito?

62. Jesús respondió:— Sí, lo soy. Y vosotros veréis al Hijo del hombre sentado junto al Todopoderoso y que viene entre las nubes del cielo.

63. Al oír esto, el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras y exclamó:— ¿Para qué necesitamos más testimonios?

64. ¡Ya habéis oído su blasfemia! ¿Qué os parece?Todos juzgaron que merecía la muerte.

65. Algunos se pusieron a escupirlo y, tapándole la cara, lo golpeaban y le decían:— ¡A ver si adivinas!Y también los criados le daban bofetadas.

66. Entre tanto, Pedro estaba abajo, en el patio de la casa. Llegó una criada del sumo sacerdote

67. y, al ver a Pedro calentándose junto al fuego, lo miró atentamente y dijo:— Oye, tú también estabas con Jesús, el de Nazaret.

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