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Marcos 14:38-50 La Palabra Versión Española (BLP)

38. Velad y orad para que no desfallezcáis en la prueba. Es cierto que tenéis buena voluntad, pero os faltan las fuerzas.

39. Otra vez se alejó de ellos y oró diciendo lo mismo.

40. Regresó de nuevo a donde estaban los discípulos y volvió a encontrarlos dormidos, pues tenían los ojos cargados de sueño. Y no supieron qué contestarle.

41. Cuando volvió por tercera vez, les dijo:— ¿Aún seguís durmiendo y descansando? ¡Ya basta! Ha llegado la hora: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.

42. Levantaos, vámonos. Ya está aquí el que me va a entregar.

43. Todavía estaba Jesús hablando cuando se presentó Judas, uno de los Doce. Venía acompañado de un tropel de gente armada con espadas y garrotes, que habían sido enviados por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos.

44. Judas, el traidor, les había dado esta contraseña:— Aquel a quien yo bese, ese es. Apresadlo y lleváoslo bien sujeto.

45. Al llegar, se acercó en seguida a Jesús y le dijo:— ¡Maestro!Y lo besó.

46. Los otros, por su parte, echando mano a Jesús, lo apresaron.

47. Uno de los que estaban con él sacó la espada y, de un golpe, le cortó una oreja al criado del sumo sacerdote.

48. Jesús, entonces, tomó la palabra y les dijo:— ¿Por qué habéis venido a arrestarme con espadas y garrotes como si fuera un ladrón?

49. Todos los días he estado entre vosotros enseñando en el Templo, y no me habéis arrestado. Pero así debe ser para que se cumplan las Escrituras.

50. Y todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

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