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Marcos 14:33-42 La Palabra Versión Española (BLP)

33. Se llevó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentirse atemorizado y angustiado.

34. Les dijo:— Me está invadiendo una tristeza de muerte. Quedaos aquí y velad.

35. Se adelantó unos pasos más y, postrándose en tierra, oró pidiéndole a Dios que, si era posible, pasara de él aquel trance.

36. Decía:— ¡Abba, Padre, todo es posible para ti! Líbrame de esta copa de amargura; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.

37. Volvió entonces y, al encontrar dormidos a los discípulos, dijo a Pedro:— Simón, ¿duermes? ¿Ni siquiera has podido velar una hora?

38. Velad y orad para que no desfallezcáis en la prueba. Es cierto que tenéis buena voluntad, pero os faltan las fuerzas.

39. Otra vez se alejó de ellos y oró diciendo lo mismo.

40. Regresó de nuevo a donde estaban los discípulos y volvió a encontrarlos dormidos, pues tenían los ojos cargados de sueño. Y no supieron qué contestarle.

41. Cuando volvió por tercera vez, les dijo:— ¿Aún seguís durmiendo y descansando? ¡Ya basta! Ha llegado la hora: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.

42. Levantaos, vámonos. Ya está aquí el que me va a entregar.

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