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Lucas 6:35-46 La Palabra Versión Española (BLP)

35. Vosotros, por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada a cambio. De este modo tendréis una gran recompensa y seréis hijos del Dios Altísimo, que es bondadoso incluso con los desagradecidos y los malos.

36. Sed compasivos, como también vuestro Padre es compasivo.

37. No juzguéis a nadie, y tampoco Dios os juzgará. No condenéis a nadie, y tampoco Dios os condenará. Perdonad, y Dios os perdonará.

38. Dad, y Dios os dará: él llenará hasta los bordes y hará que rebose vuestra bolsa. Os medirá con la misma medida con que vosotros midáis a los demás.

39. Jesús siguió hablando por medio de ejemplos:— ¿Cómo puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?

40. Ningún discípulo es más que su maestro, aunque un discípulo bien preparado podría igualar a su maestro.

41. ¿Por qué miras la brizna que tiene tu hermano en su ojo y no te fijas en el tronco que tú mismo tienes en el tuyo?

42. ¿Cómo podrás decirle a tu hermano: «Hermano, deja que te saque la brizna que tienes en el ojo», cuando no ves el tronco que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita, saca primero el tronco de tu ojo, y entonces podrás ver con claridad para sacar la brizna del ojo de tu hermano!

43. Ningún árbol sano da mal fruto, como tampoco el árbol enfermo da buen fruto.

44. Por el fruto se conoce el árbol. No pueden recogerse higos de los espinos, ni pueden vendimiarse uvas de las zarzas.

45. Del que es bueno, como su corazón es rico en bondad, brota el bien; y del que es malo, como es rico en maldad, brota el mal. Porque su boca habla de lo que rebosa el corazón.

46. ¿Por qué me invocáis «Señor, Señor» y no hacéis lo que os digo?

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