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Lucas 4:33-42 La Palabra Versión Española (BLP)

33. Estaba allí, en la sinagoga, un hombre poseído por un demonio impuro que gritaba a grandes voces:

34. —¡Jesús de Nazaret, déjanos en paz! ¿Has venido a destruirnos? ¡Te conozco bien: tú eres el Santo de Dios!

35. Jesús lo increpó, diciéndole:— ¡Cállate y sal de él!Y el demonio, tirándolo al suelo delante de todos, salió de él sin hacerle ningún daño.

36. Todos quedaron asombrados y se decían unos a otros:— ¡Qué poderosa es la palabra de este hombre! ¡Con qué autoridad da órdenes a los espíritus impuros y estos salen!

37. Y la fama de Jesús se extendía por toda la comarca.

38. Al salir de la sinagoga, Jesús fue a casa de Simón. La suegra de Simón estaba enferma, con fiebre muy alta, y rogaron a Jesús que la curase.

39. Jesús, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre, y la fiebre desapareció. La enferma se levantó inmediatamente y se puso a atenderlos.

40. A la puesta del sol, llevaron ante Jesús toda clase de enfermos, y él los curaba poniendo las manos sobre cada uno.

41. Muchos estaban poseídos por demonios, que salían de ellos gritando:— ¡Tú eres el Hijo de Dios!Pero Jesús los increpaba y no les permitía que hablaran de él, porque sabían que era el Mesías.

42. Al hacerse de día, Jesús salió de la ciudad y se retiró a un lugar solitario. La gente estaba buscándolo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para impedir que se fuera de allí.

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