4. ¡Ya sé qué voy a hacer para que, cuando deje el cargo, no falte quien me reciba en su casa!».
5. Comenzó entonces a llamar, uno por uno, a los deudores de su amo. Al primero le preguntó: «¿Cuánto debes a mi amo?».
6. Le contestó: «Cien barriles de aceite». El administrador le dijo: «Pues mira, toma tus recibos y apunta solo cincuenta».