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Lucas 11:30-45 La Palabra Versión Española (BLP)

30. Como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, así también el Hijo del hombre será una señal para esta gente.

31. La reina del Sur se levantará en el día del juicio junto con todos los que forman esta generación, y los condenará; porque esta reina vino desde tierras lejanas a escuchar la sabiduría de Salomón, ¡y aquí hay alguien más importante que Salomón!

32. Los habitantes de Nínive se levantarán en el día del juicio junto con toda esta gente, y la condenarán; porque ellos se convirtieron al escuchar el mensaje de Jonás, ¡y aquí hay alguien más importante que Jonás!

33. Nadie enciende una lámpara y la guarda en un lugar escondido, ni la tapa con una vasija, sino que la pone en el candelero para que su luz alumbre a todos los que entren en la casa.

34. Los ojos son lámparas para el cuerpo. Si tus ojos son limpios, todo tú serás luminoso; pero si en ellos hay maldad, todo tú serás oscuridad.

35. Mantente alerta para que la luz que hay en ti no resulte oscuridad.

36. Así, pues, si tú eres todo luz y no hay en ti oscuridad alguna, todo tú serás tan luminoso como si te iluminara el resplandor de una lámpara.

37. Cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer en su casa. Jesús aceptó la invitación y se sentó a la mesa.

38. El fariseo, que estaba observándolo, se quedó extrañado de que Jesús no cumpliera el precepto de lavarse las manos antes de comer.

39. Entonces el Señor le dijo:— Vosotros los fariseos limpiáis la copa y la bandeja por fuera, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y maldad.

40. ¡Insensatos! ¿Acaso el que hizo lo de fuera no hizo también lo de dentro?

41. Dad limosna de lo que tenéis dentro, y de ese modo todo quedará limpio en vosotros.

42. ¡Ay de vosotros, fariseos, que ofrecéis a Dios el diezmo de la menta, de la ruda y de toda clase de hortalizas, pero no os preocupáis de mantener la justicia y el amor a Dios! Esto último es lo que deberíais hacer, aunque sin descuidar lo otro.

43. ¡Ay de vosotros, fariseos, que os gusta ocupar los lugares preferentes en las sinagogas y ser saludados en público!

44. ¡Ay de vosotros, que sois como sepulcros ocultos a la vista, sobre los que pisa la gente sin saberlo!

45. Uno de los doctores de la ley le contestó:— Maestro, diciendo esto nos ofendes también a nosotros.

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