Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Lucas 10:10-25 La Palabra Versión Española (BLP)

10. Pero si entráis en un pueblo donde se nieguen a recibiros, recorred sus calles diciendo:

11. «¡Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos contra vosotros! Sin embargo, sabed que el reino de Dios ya está cerca».

12. Os digo que, en el día del juicio, los habitantes de Sodoma serán tratados con más clemencia que los de ese pueblo.

13. ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón* se hubieran realizado los milagros que se han realizado en medio de vosotras, ya hace mucho tiempo que sus habitantes se habrían convertido y lo habrían demostrado llevando luto y ceniza.

14. Por eso, Tiro y Sidón serán tratados en el juicio con más clemencia que vosotras.

15. Y tú, Cafarnaún*, ¿crees que vas a ser encumbrada hasta el cielo? ¡Hasta el abismo, serás precipitada!

16. El que os escuche a vosotros, es como si me escuchara a mí; el que os rechaze a vosotros, es como si me rechazara a mí; y el que me rechace a mí, es como si rechazara al que me envió.

17. Los setenta y dos volvieron llenos de alegría, diciendo:— ¡Señor, hasta los demonios nos obedecen en tu nombre!

18. Jesús les contestó:— He visto a Satanás que caía del cielo como un rayo.

19. Os he dado autoridad para que pisoteéis las serpientes, los escorpiones y todo el poder del enemigo, sin que nada ni nadie pueda dañaros.

20. Pero, aun así, no os alegréis tanto de que los espíritus malignos os obedezcan como de que vuestros nombres estén escritos en el cielo.

21. En aquel mismo momento, el Espíritu Santo llenó de alegría a Jesús, que dijo:— Padre, Señor del cielo y de la tierra, te alabo porque has ocultado todo esto a los sabios y entendidos y se lo has revelado a los sencillos. Sí, Padre, así lo has querido tú.

22. Mi Padre lo ha puesto todo en mis manos y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera revelárselo.

23. Luego se volvió hacia sus discípulos y les dijo aparte:— ¡Felices los que puedan ver todo lo que vosotros estáis viendo!

24. Os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros estáis viendo, y no lo vieron; y oír lo que vosotros estáis oyendo, y no lo oyeron.

25. Por entonces, un doctor de la ley, queriendo poner a prueba a Jesús, le hizo esta pregunta:— Maestro, ¿qué he de hacer para alcanzar la vida eterna?

Leer capítulo completo Lucas 10