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Lucas 1:12-29 La Palabra Versión Española (BLP)

12. Zacarías, al verlo, se echó a temblar, lleno de miedo.

13. Pero el ángel le dijo:— No tengas miedo, Zacarías. Dios ha escuchado tu oración, y tu mujer Elisabet te dará un hijo, al que llamarás Juan.

14. Tendrás una gran alegría y serán muchos los que también se alegrarán de su nacimiento,

15. porque será grande delante del Señor. No beberá vino ni otra bebida alcohólica cualquiera; estará lleno del Espíritu Santo aun antes de nacer

16. y hará que muchos israelitas vuelvan de nuevo al Señor su Dios.

17. Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, hará que los padres se reconcilien con los hijos y que los rebeldes recuperen la sensatez de los rectos, preparando así al Señor un pueblo bien dispuesto.

18. Zacarías dijo al ángel:— Pero ¿cómo podré estar seguro de eso? Yo ya soy viejo y mi mujer tiene también muchos años.

19. El ángel le contestó:— Yo soy Gabriel, el que está en la presencia de Dios. Él me envió a hablar contigo y comunicarte esta buena noticia.

20. Cuanto te he dicho se cumplirá en su momento oportuno; pero como no has dado crédito a mis palabras, vas a quedarte mudo y no volverás a hablar hasta el día en que tenga lugar todo esto.

21. Mientras tanto, la gente que esperaba a Zacarías estaba extrañada de que permaneciera tanto tiempo en el Templo.

22. Cuando por fin salió, al ver que no podía hablar, comprendieron que había tenido una visión en el Templo. Había quedado mudo y solo podía expresarse por señas.

23. Una vez cumplido el tiempo de su servicio sacerdotal, Zacarías volvió a su casa.

24. Pasados unos días, Elisabet, su esposa, quedó embarazada y permaneció cinco meses sin salir de casa, pues decía:

25. «Al hacer esto conmigo, el Señor ha querido librarme de la vergüenza ante los demás».

26. Al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a Nazaret, un pueblo de Galilea,

27. a visitar a una joven virgen llamada María, que estaba prometida en matrimonio a José, un varón descendiente del rey David.

28. El ángel entró en el lugar donde estaba María y le dijo:— Alégrate, favorecida de Dios. El Señor está contigo.

29. María se quedó perpleja al oír estas palabras, preguntándose qué significaba aquel saludo.

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