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Hechos 7:48-59 La Palabra Versión Española (BLP)

48. aunque debe quedar claro que el Altísimo no habita en edificios construidos por manos humanas, como dice el profeta:

49. Mi trono es el cielo, dice el Señor, y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Por qué queréis edificarme un santuario o un lugar que me sirva de morada?

50. ¿No soy yo el creador de todas estas cosas?

51. Vosotros, gente testaruda, de corazón empedernido y oídos sordos, siempre habéis ofrecido resistencia al Espíritu Santo. Como vuestros antepasados, así sois vosotros.

52. ¿Hubo algún profeta al que no persiguieran vuestros antepasados? Ellos mataron a los que predijeron la venida del único justo a quien ahora vosotros habéis entregado y asesinado.

53. ¡Vosotros que recibisteis la ley por mediación de ángeles, pero que nunca la habéis cumplido!

54. Estas palabras desataron su cólera, y se recomían de rabia contra Esteban.

55. Pero él, lleno del Espíritu Santo y con la mirada fija en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie junto a Dios.

56. —Escuchadme —dijo—, veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie junto a Dios.

57. Hechos un puro grito, no quisieron escuchar nada más y se arrojaron en masa sobre él.

58. Lo sacaron fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Los que participaban en el hecho confiaron sus ropas al cuidado de un joven llamado Saulo.

59. Esteban, por su parte, oraba con estas palabras mientras era apedreado:— Señor Jesús, acoge mi espíritu.

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