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Hechos 27:6-19 La Palabra Versión Española (BLP)

6. Allí encontró el oficial un buque alejandrino que hacía la ruta de Italia y nos hizo transbordar a él.

7. Después de muchos días de lento navegar, llegamos a duras penas a la altura de Cnido*. Pero como el viento no nos permitía aproximarnos, buscamos el abrigo de la isla de Creta, navegando hacia el cabo Salmón.

8. Cuando lo doblamos, seguimos costeando con dificultad hasta llegar a un punto llamado Buenos Puertos, cerca de la ciudad de Lasea.

9. Habíamos perdido mucho tiempo y resultaba peligroso continuar navegando, pues estaba ya entrado el otoño. Así que Pablo aconsejaba:

10. —Señores, opino que proseguir viaje ahora es arriesgado y puede acarrear graves daños, no solo a la nave y a su cargamento, sino también a nosotros mismos.

11. Pero el oficial confiaba más en el criterio del capitán y del patrón del barco que en el de Pablo.

12. Como, además, el puerto no era apropiado para invernar, la mayoría se inclinó por hacerse a la mar y tratar de llegar a Fenice, un puerto de Creta orientado al sudoeste y al noroeste, para pasar allí el invierno.

13. Comenzó a soplar entonces una ligera brisa del sur, por lo que pensaron que el proyecto era realizable; así que levaron anclas y fueron costeando Creta.

14. Pero muy pronto se desencadenó un viento huracanado procedente de la isla, el llamado Euroaquilón.

15. Incapaz la nave de hacer frente a un viento que la arrastraba sin remedio, nos dejamos ir a la deriva.

16. Pasamos a sotavento de Cauda, una pequeña isla a cuyo abrigo logramos con muchos esfuerzos recuperar el control del bote salvavidas.

17. Una vez izado a bordo, ciñeron el casco del buque con cables de refuerzo y, por temor a encallar en los bancos de arena de la Sirte*, soltaron el ancla flotante y continuaron a la deriva.

18. Al día siguiente, como arreciaba el temporal, los marineros comenzaron a aligerar la carga.

19. Y al tercer día tuvieron que arrojar al mar, con sus propias manos, el aparejo de la nave.

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