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Hechos 13:28-47 La Palabra Versión Española (BLP)

28. Y sin hallar en él causa alguna de muerte, lo entregaron a Pilato para que mandara ajusticiarlo.

29. Y cuando llevaron a cabo todo lo que estaba escrito sobre él, lo bajaron del madero y lo depositaron en un sepulcro.

30. Pero Dios lo resucitó triunfante de la muerte.

31. Él después se apareció durante un buen número de días a quienes lo habían acompañado desde Galilea a Jerusalén. Ellos son ahora sus testigos ante el pueblo.

32. En cuanto a nosotros, estamos aquí para anunciaros la buena nueva referente a la promesa que Dios hizo a nuestros antepasados,

33. y que ahora ha cumplido en favor de nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús, como está escrito en el salmo segundo: Tú eres mi hijo; hoy te he engendrado.

34. Que Dios lo resucitó triunfante de la muerte, de modo que jamás pueda ya experimentar la corrupción, está así afirmado en la Escritura: Os cumpliré las firmes promesas que hice a David.

35. Y en otro lugar lo confirma: No permitirás que tu fiel servidor sufra la corrupción.

36. Por lo que respecta a David, después de haber estado al servicio del plan de Dios durante su vida, falleció, se reunió con sus antepasados y experimentó la corrupción.

37. Pero aquel a quien Dios resucitó, no experimentó la corrupción.

38. Y debéis saber, hermanos, que gracias a él se os anuncia hoy el perdón de los pecados. Por la ley de Moisés no teníais posibilidad alguna de recuperar la amistad divina;

39. pero ahora, todo el que cree en él puede recuperar esa amistad.

40. Por tal razón, cuidad de que no se cumpla en vosotros aquella predicción profética:

41. ¡Contemplad esto, engreídos, y que el estupor os haga desaparecer! Voy a realizar una obra tal en vuestro tiempo, que no la creeréis cuando os la cuenten.

42. Cuando Pablo y Bernabé salían de la sinagoga, fueron invitados a volver el sábado siguiente para seguir hablando de estos mismos temas.

43. Se disolvió así la reunión; pero muchos judíos y prosélitos practicantes continuaron en compañía de Pablo y Bernabé, que trataban de convencerlos con sus exhortaciones a que permaneciesen fieles al don recibido de Dios.

44. El sábado siguiente se congregó casi toda la ciudad para escuchar el mensaje del Señor.

45. Pero al ver los judíos tal multitud, se llenaron de envidia y trataban de contrarrestar con insultos los razonamientos de Pablo.

46. En vista de ello, Pablo y Bernabé les dijeron sin miramientos:— Era nuestro deber anunciaros primero a vosotros el mensaje de Dios. Pero ya que lo rechazáis y vosotros mismos os descalificáis para la vida eterna, nos dedicaremos de lleno a los no judíos.

47. Así nos lo ha indicado el Señor: Te he puesto como luz de las naciones y como portador de salvación para el mundo entero.

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