Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Hechos 10:28-34 La Palabra Versión Española (BLP)

28. —Como sabéis, a un judío le está prohibido relacionarse con extranjeros o entrar en sus casas. Pero Dios me ha hecho comprender que a nadie debo considerar profano o impuro.

29. Por eso, no tuve inconveniente en venir cuando me llamasteis. Deseo saber por qué razón me habéis hecho venir.

30. Entonces Cornelio respondió:— Hace cuatro días, a esta misma hora, estaba yo aquí en mi casa* ocupado en la oración de la tarde, cuando, de pronto, se presentó ante mí un hombre vestido con una túnica resplandeciente.

31. Me dijo: «Cornelio, Dios ha escuchado tu oración y ha tenido en cuenta tu generosidad con los pobres.

32. Por tanto, envía a alguien a Jope para que haga venir a Simón, a quien se conoce también como Pedro; se hospeda en casa de otro Simón, un curtidor que vive junto al mar».

33. De modo que mandé en seguida a buscarte, y tú te has dignado venir. Aquí, pues, nos tienes a todos, en presencia de Dios, dispuestos a escuchar todo cuanto el Señor te haya encargado decirnos.

34. Pedro tomó entonces la palabra y se expresó en estos términos:— Ahora comprendo verdaderamente que para Dios no existen favoritismos.

Leer capítulo completo Hechos 10