1. Gálatas, ¿cómo sois tan insensatos? ¿Quién os engatusó? ¡Y pensar que os puse ante los ojos a Jesucristo crucificado!
2. Decidme solamente una cosa: ¿en razón de qué recibisteis el Espíritu de Dios? ¿Por cumplir la ley o por haber aceptado la fe?
3. Vuestra insensatez no tiene límites. Si el Espíritu estuvo en el origen de vuestra fe, ¿vais a terminar confiando en lo humano?
4. ¡No puedo creer que tan magníficas experiencias hayan sido baldías!
5. Vamos a ver: cuando Dios os comunica el Espíritu y realiza prodigios entre vosotros, ¿lo hace porque sois cumplidores de la ley o porque habéis aceptado el mensaje de la fe?