Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

2 Corintios 3:1-10 La Palabra Versión Española (BLP)

1. ¿Estamos ya otra vez haciéndonos la propaganda? ¿Es que necesitamos, como ciertos individuos, presentarnos a vosotros con cartas de recomendación o recibirlas de vosotros?

2. ¡Nuestra carta de recomendación sois vosotros mismos! La llevamos escrita en el corazón y todo el mundo puede conocerla y leerla.

3. Y bien se os nota que sois carta de Cristo redactada por nosotros; una carta escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en frías losas de piedra, sino en las páginas palpitantes del corazón.

4. Si hacemos gala de semejante confianza es porque la hemos alcanzado de Dios por medio de Cristo.

5. No presumimos, pues, de estar capacitados para hacer algo por cuenta propia; nuestra capacidad proviene de Dios.

6. Él fue quien nos capacitó para ser ministros de una alianza nueva, basada no en la letra de la ley, sino en la fuerza del Espíritu; y la letra de la ley es causa de muerte, mientras que el Espíritu lo es de vida.

7. Y si lo que era instrumento de muerte*, grabado con letras sobre piedra, fue proclamado con tal gloria* que los israelitas no podían fijar sus ojos en el rostro de Moisés a causa de su resplandor —que era perecedero—,

8. ¿no será mucho más glorioso lo que es instrumento del Espíritu?

9. Pues si lo que es instrumento de condenación estuvo rodeado de gloria, ¿no lo estará mucho más lo que es instrumento de salvación?

10. En efecto, lo que fue glorioso ha dejado de serlo al quedar eclipsado por una gloria más excelsa.

Leer capítulo completo 2 Corintios 3