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1 Corintios 7:23-36 La Palabra Versión Española (BLP)

23. ¡Habéis sido rescatados a buen precio; no os hagáis esclavos de realidades humanas!

24. Que cada cual, hermanos, permanezca ante Dios en el estado que tenía cuando fue llamado a la fe.

25. En cuanto a las personas solteras, no he recibido ninguna norma del Señor. Os ofrezco, sin embargo, el consejo de quien, por la misericordia de Dios, es digno de crédito.

26. Pienso que, dada la difícil situación en que vivimos, lo mejor es que cada uno permanezca como está.

27. ¿Estás casado? No intentes separarte. ¿Eres soltero? No busques mujer.

28. Pero no haces nada malo si te casas; como tampoco hace mal una soltera si se casa. Solo que yo quisiera ahorrar a todos estos las dificultades que les aguardan en la vida.

29. Os prevengo además, hermanos, que el tiempo se acaba. En lo que resta, los que están casados vivan como si no lo estuvieran;

30. los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres como si no lo estuvieran; los que compran, como si no fuera suyo lo comprado;

31. los que disfrutan de este mundo, como si no disfrutaran. Porque el orden natural de este mundo está en trance de acabar.

32. Quisiera también ahorraros preocupaciones. El soltero está en situación de preocuparse por las cosas del Señor, buscando en todo la forma de agradarle.

33. En cambio, el casado ha de preocuparse de los asuntos del mundo y de cómo agradar a su mujer,

34. teniendo así dividido el corazón. Igualmente, la mujer sin marido y la mujer soltera están en mejor situación para preocuparse por las cosas del Señor, dedicándose a él en cuerpo y alma. La mujer casada, por su parte, se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su marido.

35. Si os digo estas cosas, es por vuestro bien. ¡Lejos de mí pretender tenderos lazo alguno! Solo quiero que os dediquéis al Señor de manera digna, asidua y sin estorbos.

36. Es posible que alguno juzgue poco noble dejar plantada a su novia, ya que ha sobrepasado la flor de la edad, y se decida, por tanto, a actuar en consecuencia. Haga lo que mejor le parezca; ningún pecado hay en que se casen.

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