Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

1 Corintios 15:30-38 La Palabra Versión Española (BLP)

30. Y nosotros mismos, ¿a qué ponernos en peligro a todas horas?

31. Os aseguro, hermanos, por lo orgulloso que me siento de vosotros ante Cristo Jesús, Señor nuestro, que estoy al borde de la muerte cada día.

32. Y si solo aspiro a una recompensa humana, ¿de qué me sirve haber sostenido en Éfeso un combate contra fieras*? Si los muertos no resucitan, ¡comamos y bebamos, que mañana moriremos!

33. No os engañéis: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres».

34. Retornad al buen camino y no sigáis pecando; pues, para vergüenza vuestra, tengo que deciros que algunos de vosotros desconocen a Dios.

35. Alguien preguntará: ¿y cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo lo harán?

36. ¡Tonto de ti! Si tú siembras algo, no cobrará nueva vida a menos que antes muera.

37. Y lo que siembras no es la planta entera que después ha de brotar, sino un simple grano, de trigo o de cualquier otra semilla.

38. Dios, por su parte, proporciona a esa semilla, y a todas y cada una de las semillas, la forma que le parece conveniente.

Leer capítulo completo 1 Corintios 15