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1 Corintios 14:23-40 La Palabra Versión Española (BLP)

23. Supongamos que toda la comunidad de creyentes se reúne en asamblea y que todos se expresan en ese lenguaje misterioso. Si en ese momento entra un simple fiel o un no creyente, pensará que estáis locos.

24. Por el contrario, si ese simple fiel o ese no creyente entra mientras todos están comunicándose mensajes de parte de Dios, es muy posible que entre todos le hagan recapacitar y reconocer sus pecados,

25. dejando al descubierto sus más íntimos secretos. Caerá entonces de rodillas y adorará a Dios, proclamando que Dios se encuentra verdaderamente entre vosotros.

26. Concretando, hermanos: cuando os reunís, no hay inconveniente en que uno cante, otro enseñe, otro comunique una revelación, otro hable un lenguaje misterioso, otro, en fin, interprete ese lenguaje. Pero que todo se encamine al provecho espiritual.

27. Si se trata de hablar un lenguaje misterioso, que lo hagan dos o, a lo sumo, tres; y, además, por turno y contando con alguien que interprete lo que dicen.

28. Si no hay tal intérprete, guárdese silencio en la asamblea y hable cada uno consigo mismo y con Dios.

29. En cuanto a los que comunican mensajes de parte Dios, que hablen dos o tres, y los demás limítense a dar su parecer.

30. Pero si uno de los asistentes recibe mientras tanto una revelación, deberá callarse el que está hablando.

31. Todos podéis, con tal que lo hagáis por turno, comunicar los mensajes recibidos de Dios, para que todos aprendan y sean exhortados.

32. Por lo demás, el don de comunicar estos mensajes divinos debe estar controlado por los que tienen ese don,

33. pues no quiere Dios el desorden, sino la paz.Como es costumbre en las demás comunidades cristianas,

34. las mujeres deben guardar silencio en la asamblea; no les está, pues, permitido tomar la palabra, sino que deben mostrar el debido respeto, como manda la ley.

35. Si desean saber algo, que se lo pregunten en casa a sus maridos, porque no está bien que la mujer hable en la asamblea.

36. Tened en cuenta que no partió de vosotros la palabra de Dios, ni sois vosotros los únicos en haberla recibido.

37. Quien presuma de recibir mensajes de parte de Dios o de ser persona animada por el Espíritu, deberá reconocer que esto que os escribo es mandato del Señor.

38. Y si no lo reconoce, que no se haga ilusiones de ser él reconocido.

39. En una palabra, hermanos: ambicionad el don de comunicar mensajes de parte Dios, aunque sin cerrar el paso a quienes hablan un lenguaje misterioso.

40. En cualquier caso, hacedlo todo de forma conveniente y ordenada.

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