24. pues las que en sí mismas son decorosas no necesitan especial cuidado. Dios mismo ha organizado el cuerpo dando más honor a lo que menos parece tenerlo,
25. a fin de que no existan divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros por igual se preocupen unos de otros.
26. Y así, cuando un miembro sufre, todos sufren con él, y cuando recibe una especial distinción, todos comparten su alegría.