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Jueces 9:12-30 La Palabra Versión Española (BLP)

12. Los árboles dijeron a la vid:«Ven tú y reina sobre nosotros».

13. Les respondió la vid:«¿Voy a renunciar a mi mosto,alegría de dioses y de humanos,para ir a mecerme por encima de los árboles?».

14. Todos los árboles dijeron a la zarza:«Ven tú y reina sobre nosotros».

15. La zarza respondió a los árboles:«Si de veras venís a ungirmepara que reine sobre vosotros,venid y cobijaos a mi sombra.Y si no, que brote fuego de la zarzay devore los cedros del Líbano».

16. Pues bien, ¿es que habéis obrado con sinceridad y lealtad al elegir rey a Abimélec? ¿Os habéis portado bien con Jerubaal y su familia y lo habéis tratado según merecía?

17. Mi padre combatió por vosotros, arriesgó su vida, os libró de la mano de Madián;

18. vosotros, en cambio, os habéis alzado hoy contra la familia de mi padre, habéis asesinado a sus hijos, setenta hombres sobre una misma piedra, y habéis puesto por rey sobre los señores de Siquén a Abimélec, el hijo de una esclava suya, con el pretexto de que él es hermano vuestro.

19. Si habéis obrado con sinceridad y lealtad con Jerubaal y con su familia en el día de hoy, que Abimélec sea vuestra alegría y vosotros la suya.

20. Pero si no, que salga fuego de Abimélec y devore a los señores de Siquén y de Bet Miló; y que salga fuego de los señores de Siquén y Bet Miló y devore a Abimélec.

21. Después de esto, Jotán huyó y se puso a salvo en Beer, donde se estableció, lejos del alcance de su hermano Abimélec.

22. Abimélec gobernó durante tres años en Israel.

23. Pero Dios envió un espíritu de discordia entre Abimélec y los señores de Siquén hasta el punto de que estos traicionaron a Abimélec,

24. para que el crimen cometido contra los setenta hijos de Jerubaal fuera vengado y su sangre cayera sobre su hermano Abimélec, que los había asesinado, y sobre los señores de Siquén que le habían ayudado a asesinar a sus hermanos.

25. Los señores de Siquén pusieron contra él emboscadas en las cumbres de los montes y saqueaban a todo el que pasaba cerca por el camino. Se dio aviso de ello a Abimélec.

26. Gaal, hijo de Obed, acompañado de sus hermanos, vino a Siquén y se ganó la confianza de los señores de Siquén.

27. Salieron estos al campo a vendimiar sus viñas, pisaron las uvas, hicieron fiesta y entraron en el templo de su dios. Comieron y bebieron y maldijeron a Abimélec.

28. Entonces Gaal, hijo de Obed, exclamó:—¿Quién es Abimélec y quién es Siquén para que tengamos que servirlos? ¿No es verdad que tanto el hijo de Jerubaal, como Zebul, su lugarteniente, sirvieron a la gente de Jamor, padre de Siquén? ¿Por qué hemos de servirles ahora nosotros?

29. ¡Ojalá tuviera poder sobre este pueblo! Yo derrocaría a Abimélec y le diría: «Organiza tu ejército y sal a pelear».

30. Al enterarse Zebul, gobernador de la ciudad, de la propuesta de Gaal, hijo de Obed, montó en cólera

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