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Josué 24:16-30 La Palabra Versión Española (BLP)

16. El pueblo respondió:—Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses,

17. pues ha sido el Señor, nuestro Dios, el que nos sacó, a nosotros y a nuestros padres, del país de Egipto, de la casa de la esclavitud, y el que ante nuestros ojos obró tan grandes prodigios y nos protegió a lo largo de todo el camino que recorrimos, poniéndonos a salvo de todas las naciones por las que pasamos.

18. Además el Señor expulsó ante nosotros a todos esos pueblos y a los amorreos que habitaban en el país. Por tanto, también nosotros rendiremos culto al Señor, porque él es nuestro Dios.

19. Entonces Josué dijo al pueblo:—No sé si seréis capaces de rendir culto al Señor, pues es un Dios santo, un Dios celoso, que no perdonará vuestras rebeldías ni vuestros pecados.

20. Si abandonáis al Señor para rendir culto a dioses extranjeros, él a su vez, después de haberos hecho tanto bien, os acarreará el mal y acabará con vosotros.

21. El pueblo respondió a Josué:—Nosotros rendiremos culto al Señor.

22. Josué dijo al pueblo:—Testigos sois contra vosotros mismos de que habéis elegido al Señor para servirlo.Ellos respondieron:—¡Somos testigos!

23. —Entonces, —concluyó Josué— quitad de en medio los dioses extranjeros y prometed fidelidad al Señor, Dios de Israel.

24. El pueblo respondió a Josué:—Rendiremos culto al Señor, nuestro Dios, y le obedeceremos.

25. Aquel día, selló Josué una alianza con el pueblo, dándole preceptos y normas en Siquén.

26. Josué escribió estas palabras en el libro de la Ley de Dios. Acto seguido, tomó una gran piedra y la erigió allí, al pie de la encina que hay en el santuario del Señor.

27. Y dijo Josué a todo el pueblo:—Mirad, esta piedra será testigo contra nosotros, pues ha oído todas las palabras que el Señor nos ha dicho; será también testigo contra vosotros para que no reneguéis de vuestro Dios.

28. Y Josué despidió al pueblo, regresando cada uno a su heredad.

29. Después de estos acontecimientos, murió Josué, hijo de Nun, siervo del Señor, a la edad de ciento diez años.

30. Fue sepultado en el término de su heredad, es decir, en Timná Séraj, que está al norte del monte Gaás, en la zona montañosa de Efraín.

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