3. La envió a Nabucodonosor, rey de Babilonia, por medio de Elasá, hijo de Safán, y de Guemarías, hijo de Jelcías, mensajeros de Sedecías, rey de Judá. Decía lo siguiente:
4. «Así dice el Señor del universo, Dios de Israel, a toda la gente deportada de Jerusalén a Babilonia:
5. Construid casas e instalaos en ellas, plantad huertos y alimentaos de sus frutos.
6. Casaos y tened hijos e hijas; tomad esposas para vuestros hijos y dad vuestras hijas a otros hombres, y que tengan a su vez hijos e hijas. De este modo creceréis y no menguaréis.
7. Buscad el bienestar de la ciudad a la que habéis sido deportados y orad por ella al Señor, pues de su bienestar dependerá el vuestro.
8. Así dice el Señor del universo, Dios de Israel: Que no os engañen los profetas y adivinos que viven entre vosotros; no hagáis caso de las fantasías que sueñan,
9. pues os profetizan mentiras en mi nombre, cuando yo no los he enviado —oráculo del Señor—.
10. Así dice el Señor: En cuanto pasen setenta años en Babilonia, os visitaré y haré que se cumpla en vosotros mi promesa de bienestar, haciéndoos volver a este lugar.
11. Yo conozco mis designios sobre vosotros —oráculo del Señor—. Son designios de bienestar, no de desgracia, pues os ofrezco un futuro y una esperanza.
12. Me invocaréis y vendréis a suplicarme, y yo os escucharé;
13. me buscaréis y me encontraréis, si es que venís a buscarme de todo corazón.