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Génesis 43:23-34 La Palabra Versión Española (BLP)

23. El mayordomo respondió:—Estad tranquilos, no tengáis miedo. Ha sido vuestro Dios, el Dios de vuestro padre, el que ha puesto ese dinero en vuestros costales; el vuestro lo recibí yo.Luego hizo que trajeran a Simeón

24. y todos fueron a casa de José. Allí les puso agua para que se lavaran los pies y dio de comer a sus asnos.

25. Ellos, mientras tanto, prepararon los regalos y esperaron a que José llegara al mediodía, pues habían oído que comerían allí.

26. Cuando José llegó a la casa, le entregaron el obsequio que le habían traído y se inclinaron rostro en tierra.

27. José se interesó por su salud y luego les preguntó:—¿Qué tal está vuestro anciano padre, del que me hablasteis? ¿Vive aún?

28. Ellos respondieron:—Nuestro padre, tu siervo, vive todavía y se encuentra bien.Ellos se inclinaron e hicieron una reverencia.

29. José miró a su alrededor y, al ver a Benjamín, su hermano de padre y madre, les preguntó:—¿Este es vuestro hermano pequeño del que me hablasteis? ¡Que Dios te sea propicio, hijo mío!

30. Las entrañas de José se conmovieron al ver a su hermano y, no pudiendo contener las lágrimas, marchó apresuradamente a su alcoba y allí estuvo llorando.

31. Después se lavó la cara y, ya más calmado, salió y ordenó:—¡Servid la comida!

32. A José le sirvieron en una mesa, a sus hermanos en otra, y a los comensales egipcios en otra, porque los egipcios no pueden comer con los hebreos, por ser algo abominable para ellos.

33. Los hermanos de José estaban sentados frente a él, colocados por edades de mayor a menor, y unos a otros se miraban con asombro.

34. José les mandaba desde su mesa las porciones, pero la porción de Benjamín era cinco veces mayor que la de los otros. Y así bebieron con él hasta embriagarse.

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