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Génesis 42:24-38 La Palabra Versión Española (BLP)

24. Entonces José se retiró, porque no podía reprimir las lágrimas. Cuando estuvo en condiciones de hablarles nuevamente, tomó a Simeón y lo hizo encadenar delante de ellos.

25. Después ordenó que les llenaran los costales de grano, que devolvieran a cada uno su dinero poniéndolo dentro de cada costal, y que les dieran provisiones para el camino. Así se hizo.

26. Entonces ellos cargaron el grano sobre sus asnos y se fueron de allí.

27. Cuando se detuvieron para pasar la noche, uno de ellos abrió su costal para dar de comer a su asno y vio que su dinero estaba allí, en la boca del costal.

28. Entonces dijo a sus hermanos:—¡Me han devuelto el dinero! Mirad, ¡aquí está en mi costal!Se les encogió el corazón del susto y se decían unos a otros temblando:—¿Qué es esto que Dios nos ha hecho?

29. Al llegar adonde estaba su padre Jacob, en Canaán, le contaron todo lo que les había pasado:

30. —El hombre que gobierna aquel país nos trató con rudeza y nos acusó de estar espiando su país.

31. Pero nosotros le dijimos: «Somos gente honrada y no espías;

32. éramos doce hermanos, hijos del mismo padre; uno ya no está con nosotros y el menor se ha quedado en Canaán con nuestro padre».

33. Pero aquel hombre, el señor del país, nos dijo: «Voy a comprobar si sois gente honrada: dejad aquí conmigo a uno de vuestros hermanos mientras los demás llevan algo de grano para calmar el hambre de vuestras familias;

34. pero a la vuelta deberéis traer a vuestro hermano menor. Así sabré que no sois espías, sino gente honrada; entonces os devolveré a vuestro hermano y podréis comerciar en mi país».

35. Cuando vaciaron sus costales, se encontraron con que la bolsa de dinero de cada uno estaba allí. Esto hizo que ellos y su padre se llenaran de preocupación.

36. Entonces su padre, Jacob, les dijo:—¡Me vais a dejar sin hijos! José ya no está con nosotros, Simeón tampoco está aquí, ¡y ahora me vais a quitar a Benjamín! ¡Todo se vuelve contra mí!

37. Pero Rubén dijo a su padre:—Confíalo a mi cuidado y yo te lo devolveré. Si no lo hago, puedes dar muerte a mis dos hijos.

38. Pero Jacob respondió:—Mi hijo no irá con vosotros. Su hermano está muerto y él es el único que me queda. Si le sucediese alguna desgracia en el viaje que vais a emprender, vosotros tendríais la culpa de que este pobre viejo se muera de pena.

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