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Génesis 38:12-28 La Palabra Versión Española (BLP)

12. Después de mucho tiempo, murió la mujer de Judá, la hija de Súa. Pasado el duelo por ella, subió Judá a Timná, acompañado de su amigo Jirá, el adulamita, para esquilar sus ovejas.

13. Alguien dijo a Tamar que su suegro se dirigía a Timná a esquilar sus ovejas.

14. Entonces ella se quitó el vestido de viuda, se cubrió con un velo para que nadie la reconociese, y se sentó a la entrada de Enáin, que se encuentra en el camino de Timná. Hizo todo esto porque veía que Selá ya tenía edad para casarse y sin embargo no se lo entregaban como esposo.

15. Cuando Judá la vio, creyó que era una prostituta, pues tenía cubierto el rostro;

16. así que se desvió del camino hacia donde estaba ella y, sin saber que era su nuera, le dijo:—Vamos, que quiero acostarme contigo.Ella le preguntó:—¿Cuánto me darás por acostarme contigo?

17. Él respondió:—Te mandaré uno de los cabritos de mi rebaño.Ella replicó:—Está bien, pero me tienes que dejar algo en garantía hasta que me lo mandes.

18. Judá preguntó:—¿Qué quieres que te deje?Ella respondió:—Tu sello con su cordón y el bastón que llevas en la mano.Judá se los entregó, se acostó con ella y la dejó embarazada.

19. Después Tamar se levantó y se fue. Se quitó el velo y volvió a ponerse la ropa de viuda.

20. Más tarde, Judá mandó el cabrito por medio de su amigo adulamita, para recuperar los objetos que había dejado a la mujer, pero Jirá no dio con ella.

21. Así que le preguntó a las gentes del lugar:—¿Dónde está la prostituta que había junto al camino de Enáin?Le contestaron:—Aquí no ha habido ninguna prostituta.

22. El amigo regresó adonde estaba Judá y le dijo:—No la pude encontrar. Además, las gentes del lugar me han asegurado que allí nunca ha habido una prostituta.

23. Y Judá contestó:—Pues que se quede con las cosas; no es cuestión de que hagamos el ridículo. Yo le he enviado el cabrito y tú no la has encontrado.

24. Unos tres meses más tarde le contaron a Judá lo siguiente:—Tamar, tu nuera, se ha prostituido y, en una de sus andanzas, ha quedado embarazada.Entonces Judá ordenó:—¡Que la saquen afuera y la quemen!

25. Pero cuando la estaban sacando, ella envió a decir a su suegro:—Estas cosas pertenecen al hombre que me dejó embarazada. A ver si reconoces de quién es este sello con su cordón y este bastón.

26. Judá reconoció las cosas y declaró:—Ella tiene razón y no yo, pues no le di por esposo a mi hijo Selá.Y no volvió a acostarse con ella.

27. Cuando llegó el tiempo del parto, había mellizos en su seno.

28. En el momento de dar a luz, uno de ellos sacó la mano y la partera le ató una cinta escarlata en la mano diciendo:—Este es el primero en salir.

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