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Génesis 37:17-33 La Palabra Versión Española (BLP)

17. Y aquel hombre le respondió:—Ya se han marchado de aquí, pero les oí decir que iban a Dotán.José siguió buscando a sus hermanos, y los encontró en Dotán.

18. Ellos lo vieron venir de lejos, y antes de que se acercara tramaron un plan para matarlo.

19. Se dijeron unos a otros:—¡Ahí viene el de los sueños!

20. Vamos a matarlo y a echarlo en uno de estos aljibes; después diremos que alguna fiera salvaje lo devoró, y veremos en qué paran sus sueños.

21. Pero Rubén, al oír esto, intentó librarlo de las manos de sus hermanos diciendo:—No lo matemos.

22. Y añadió:—No derraméis sangre; arrojadlo a este aljibe que está aquí en el desierto, pero no pongáis las manos sobre él.Rubén dijo esto porque su intención era salvarlo de ellos y devolverlo luego a su padre.

23. Al llegar José adonde estaban sus hermanos, le arrancaron la túnica de colores que llevaba

24. y, agarrándolo, lo arrojaron a un aljibe que estaba vacío, sin agua.

25. Después se sentaron a comer.Mientras comían, vieron venir una caravana de ismaelitas procedentes de Galaad, con los camellos cargados de resinas aromáticas, bálsamo y mirra, que transportaban a Egipto.

26. Entonces Judá dijo a sus hermanos:—¿Sacamos algún provecho si dejamos morir a nuestro hermano y encubrimos su muerte?

27. Será mejor que lo vendamos a los ismaelitas en vez de poner nuestras manos sobre él; a fin de cuentas es nuestro hermano, es de nuestra propia sangre.Sus hermanos asintieron;

28. y cuando los mercaderes madianitas* pasaron por allí, sacaron a José del aljibe y se lo vendieron a los ismaelitas* por veinte siclos de plata. Así fue como se llevaron a José a Egipto.

29. Rubén volvió al aljibe y, al ver que José ya no estaba allí, se rasgó las vestiduras;

30. luego volvió adonde estaban sus hermanos y les dijo:—El muchacho no está; y yo, ¿qué hago yo ahora?

31. Ellos degollaron un cabrito y con su sangre mancharon la túnica de José.

32. Después mandaron la túnica de colores a su padre, con este mensaje: «Hemos encontrado esto. Mira a ver si es o no la túnica de tu hijo».

33. En cuanto Jacob la reconoció, exclamó:—¡Es la túnica de mi hijo! Alguna bestia salvaje ha despedazado y devorado a José.

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