15. Yo estoy contigo; te protegeré adondequiera que vayas y te traeré de vuelta a esta tierra, porque no te abandonaré hasta que haya cumplido lo que te he prometido.
16. Al despertar Jacob de su sueño, pensó:—¡Realmente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía!
17. Y añadió aterrorizado:—¡Qué lugar más temible es este! ¡Es nada menos que la casa de Dios y la puerta del cielo!
18. A la mañana siguiente Jacob se levantó temprano, tomó la piedra que había usado de cabezal, la erigió como piedra votiva y la consagró ungiéndola con aceite.