5. El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los seres humanos estaban construyendo
6. y pensó: «Si esto es solo el comienzo de su actividad, nada de lo que se propongan hacer les resultará imposible, mientras formen un solo pueblo y tengan una misma lengua.
7. Será mejor que bajemos a confundir su lengua para que no se entiendan entre ellos mismos».
8. Y así fue como el Señor los dispersó desde aquel lugar por toda la superficie de la tierra, y dejaron de construir la ciudad.