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Ezequiel 37:1-18 La Palabra Versión Española (BLP)

1. El Señor puso su mano sobre mí, me sacó por medio de su espíritu y me dejó en medio de la llanura, que estaba llena de huesos.

2. Me hizo pasar por entre ellos, de aquí para allá, y pude ver que eran muchísimos; cubrían la superficie de la llanura y estaban completamente secos.

3. Me dijo:—Hijo de hombre, ¿volverán a vivir estos huesos?Yo respondí:—Señor Dios, tú lo sabes.

4. De nuevo me dirigió la palabra:—Profetiza sobre estos huesos. Diles: ¡Huesos secos, escuchad la palabra del Señor!

5. Esto dice el Señor Dios a estos huesos: Voy a infundir en vosotros un espíritu que os hará revivir.

6. Os pondré nervios y haré que os crezca carne; os cubriré de piel y os infundiré un espíritu que os hará revivir. Y reconoceréis que yo soy el Señor.

7. Yo profeticé conforme me fue ordenado. Mientras estaba profetizando, oí un ruido y sentí que todo temblaba. Entonces los huesos se ensamblaron entre sí.

8. Pude ver cómo les crecían nervios y carne, y cómo se cubrían de piel de abajo arriba. Pero no tenían espíritu.

9. Entonces me dijo:—Habla* al espíritu, hijo de hombre, habla al espíritu y dile: «Esto dice el Señor Dios: Espíritu, ven de los cuatro vientos y sopla en estos muertos para que revivan».

10. Yo hablé conforme me fue ordenado. Entonces el espíritu penetró en ellos, recobraron la vida y se pusieron de pie. Era un ejército enorme, inmenso.

11. Después me dijo:—Hijo de hombre, estos huesos son el pueblo entero de Israel. Andan diciendo: «Nuestros huesos están secos, hemos perdido la esperanza, todo ha acabado para nosotros».

12. Por eso, profetiza y diles: Esto dice el Señor Dios: Voy a abrir vuestras tumbas y a sacaros de ellas, pueblo mío; os llevaré a la tierra de Israel.

13. Y sabréis que yo soy el Señor cuando abra vuestras tumbas y os saque de ellas, pueblo mío.

14. Os infundiré un espíritu para que viváis y os estableceré en vuestra tierra. Yo, el Señor, lo digo y lo hago. —Oráculo del Señor—.

15. El Señor me dirigió la palabra:

16. —En cuanto a ti, hijo de hombre, toma una vara y escribe en ella: «Judá y los israelitas asociados a él». Toma otra vara y escribe en ella: «José, vara de Efraín, y todos los israelitas asociados a él».

17. Júntalas después de modo que, cuando las agarres, parezcan una sola vara.

18. Y, cuando tus compatriotas te digan: «¿No nos vas a decir qué es eso que tienes ahí?»,

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