Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Ezequiel 33:18-31 La Palabra Versión Española (BLP)

18. Si el justo se aparta de su justicia y comete una injusticia, morirá por ella;

19. y si el malvado se aparta de su maldad y practica la justicia y el derecho, vivirá por ello.

20. Y aunque insistáis: «No es justo el proceder del Señor», juzgaré a cada uno de vosotros según su conducta, pueblo de Israel.

21. El año duodécimo de nuestra cautividad, el día cinco del décimo mes, vino a mí un fugitivo de Jerusalén anunciando que la ciudad había sido tomada.

22. Aquella tarde, antes de la llegada del fugitivo, la mano del Señor se había posado sobre mí y había abierto mi boca antes de que aquel llegara por la mañana. Después de abrirme la boca ya no volví a quedar mudo.

23. El Señor me dirigió la palabra:

24. —Hijo de hombre, los que viven entre ruinas en la tierra de Israel andan diciendo: «Abrahán, que era uno, tomó posesión de esta tierra; y nosotros, que somos muchos, hemos recibido la tierra como heredad».

25. Pues bien, diles: Esto dice el Señor Dios: Vosotros coméis alimentos sin quitarles la sangre, alzáis suplicantes vuestros ojos a los ídolos, cometéis asesinatos, ¿y pensáis que vais a heredar esta tierra?

26. Confiáis en vuestras espadas, cometéis abominaciones, cada cual deshonra a la mujer de su prójimo, ¿y pensáis que vais a heredar esta tierra?

27. Y añadirás: Esto dice el Señor Dios: Juro por mí mismo que los que habitan entre ruinas caerán víctimas de la espada, juro que entregaré como alimento a las fieras a los que estén en campo abierto, y que los que se refugian en lugares escarpados y cuevas morirán de peste.

28. Convertiré el país en pura desolación, se acabarán su orgullo y su poder, y los montes de Israel quedarán desérticos, sin nadie que transite por ellos.

29. Y reconocerán que soy el Señor cuando convierta el país en pura desolación, por todas las abominaciones que cometieron.

30. En cuanto a ti, hijo de hombre, tus compatriotas andan hablando de ti junto a las paredes y las puertas de las casas. Se dicen unos a otros: «Vamos a escuchar qué palabra nos envía el Señor».

31. Después llegan en masa, se sientan ante ti y prestan atención a tus palabras, pero no las ponen en práctica. Me halagan de palabra, pero luego actúan buscando su interés y su capricho.

Leer capítulo completo Ezequiel 33