21. Pero si el malvado se aparta de todos los pecados que cometió, observa todas mis normas y practica el derecho y la justicia, seguro que vivirá; no morirá.
22. Ninguna de las ofensas que haya cometido le será recordada; vivirá por haberse comportado honradamente.
23. ¿Creéis que me complace la muerte del malvado?, —oráculo del Señor Dios—. Pues no, prefiero que se aparte de su mala conducta y viva.
24. En cambio, a la persona honrada que abandone su honradez y empiece a actuar con malicia, cometiendo las mismas infamias que cometía el malvado del que hemos hablado, no le será recordada la honradez con la que había actuado; morirá conforme a las malas acciones y a los pecados que haya cometido.