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Deuteronomio 12:9-23 La Palabra Versión Española (BLP)

9. porque todavía no habéis llegado al lugar de descanso, a la herencia que el Señor tu Dios te da.

10. Pero una vez que hayáis cruzado el Jordán y viváis en la tierra que el Señor vuestro Dios os da en herencia, él os mantendrá a salvo de los enemigos que os rodean, y viviréis tranquilos.

11. Y al llegar al lugar que el Señor vuestro Dios escoja como morada de su nombre, llevaréis allí todo lo que os he ordenado: vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y vuestras contribuciones, junto con las ofrendas más selectas de vuestras posesiones que le hayáis prometido al Señor.

12. Y haréis fiesta en presencia del Señor vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos e hijas, vuestros siervos y siervas, y también el levita que vive en vuestras ciudades, ya que él no recibió parte o herencia con vosotros.

13. Ten cuidado de no ofrecer sacrificios allá donde te apetezca.

14. Tus holocaustos los ofrecerás únicamente en el lugar escogido por el Señor en una de las tribus. Solo allí harás todo lo que yo te ordeno.

15. Sin embargo, eres libre de matar animales y comer carne en cualquiera de tus ciudades, en la medida de los bienes que el Señor tu Dios te haya dado. Podrán comerla el puro y el impuro, como si se tratase de gacela o ciervo.

16. Pero no comeréis la sangre, sino que la derramarás en la tierra, como el agua.

17. No podrás comer en tus ciudades el diezmo de tu trigo, de tu vino y de tu aceite, ni las primeras crías de tus vacas y de tus ovejas, ni lo que hayas prometido con voto, ni tus ofrendas voluntarias ni tus contribuciones,

18. sino que lo comerás en presencia del Señor tu Dios, en el lugar que él escoja. Así también lo harán tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que vive en tus ciudades. Te regocijarás ante el Señor tu Dios por el fruto de tu trabajo.

19. Ten cuidado de no desamparar jamás al levita mientras vivas en tu tierra.

20. Cuando el Señor tu Dios ensanche tu territorio, como te ha prometido, si sientes deseos de comer carne, podrás comerla siempre que te apetezca.

21. Si el lugar que el Señor tu Dios escogió como morada de su nombre queda demasiado lejos de donde tú resides, podrás matar tanto vacas como ovejas de las que te dé el Señor, y comer en tu ciudad toda la carne que te apetezca. Pero hazlo tal como él te ha prescrito.

22. Lo mismo que se come la carne de gacela o ciervo, así la comerás. Podrá comerla tanto el puro como el impuro.

23. Pero de ninguna manera comas la sangre, porque la sangre es la vida, y no debes comer la vida al comer la carne.

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