4. Y la tropa entró a escondidas aquel día en la ciudad, como hacen los que se sienten avergonzados por haber huido del combate.
5. Mientras tanto el rey se tapaba el rostro y decía a grandes gritos:—¡Hijo mío, Absalón, Absalón, hijo mío, hijo mío!
6. Entonces Joab se presentó ante el rey y le dijo:—Hoy has cubierto de vergüenza a tus servidores que acaban de salvaros la vida a ti, a tus hijos e hijas, y a tus mujeres y concubinas;