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2 Samuel 15:14-29 La Palabra Versión Española (BLP)

14. Entonces David dijo a todos los servidores que lo acompañaban en Jerusalén:—Preparaos para la huida, pues no tendremos escapatoria ante Absalón. Daos prisa en marchar, antes de que él llegue a alcanzarnos, precipite la desgracia sobre nosotros y pase a cuchillo la ciudad.

15. Sus servidores le respondieron:—Majestad, tus siervos harán lo que tú decidas.

16. El rey salió acompañado de toda su corte y dejó diez concubinas para guardar el palacio.

17. El rey y toda la gente que lo acompañaba se detuvieron junto a la última casa de la ciudad.

18. Todos sus servidores marchaban a su lado, mientras que los quereteos, los peleteos y los guititas, en total unos seiscientos hombres que lo siguieron desde Gat, marchaban delante de él.

19. El rey dijo a Itay, el de Gat:—¿Cómo vienes tú también con nosotros? Vuelve y quédate con el rey, pues eres un extranjero, desterrado de tu país.

20. Acabas de llegar ayer mismo y no voy a permitir que andes errante con nosotros, cuando ni yo mismo sé adónde voy. Vuélvete, pues, y llévate contigo a tus paisanos. Y que el Señor sea misericordioso y fiel contigo.

21. Pero Itay le respondió:—¡Por el Señor y por el rey, mi señor! Allí donde esté mi señor, el rey, en vida o muerte, allí estará tu servidor.

22. Entonces David le dijo:—Está bien, pasa.Y pasó Itay, el de Gat, con todos los hombres y los niños que lo acompañaban.

23. Toda la gente lloraba a gritos mientras iba desfilando. Luego David cruzó el torrente Cedrón por el camino que lleva al desierto, y con él cruzó toda la gente.

24. También estaba Sadoc con todos los levitas que llevaban el Arca de la alianza de Dios. Colocaron el Arca junto a Abiatar, hasta que toda la gente terminó de salir de la ciudad.

25. El rey dijo a Sadoc:—Devuelve el Arca de Dios a la ciudad, que si alcanzo el favor del Señor, él me permitirá volver a ver el Arca y su morada.

26. Pero si manifiesta que no le agrado, estaré dispuesto a que haga conmigo lo que quiera.

27. Y el rey insistió al sacerdote Sadoc:—Mira, regresad en paz a la ciudad junto con vuestros dos hijos, con tu hijo Ajimás y con Jonatán, el hijo de Abiatar.

28. Y estad atentos, pues yo estaré esperando en los pasos del desierto hasta que me llegue alguna información vuestra.

29. Sadoc y Abiatar regresaron a Jerusalén con el Arca de Dios y se quedaron allí.

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