24. Algún tiempo después, Benadad, rey de Siria, movilizó a todo su ejército y puso cerco a Samaría.
25. El hambre llegó a ser tan grave a causa del asedio, que una cabeza de burro llegó a costar ochenta siclos* de plata y un puñado de palomina, cinco siclos.
26. Un día, el rey paseaba por la muralla y una mujer le gritó:—¡Majestad, socórreme!
27. Él respondió:—Si el Señor no te socorre, ¿con qué voy a socorrerte yo? ¿Con trigo o con mosto?