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1 Reyes 18:35-46 La Palabra Versión Española (BLP)

35. El agua corrió alrededor del altar e incluso llenó la zanja.

36. Al llegar la hora del sacrificio, el profeta Elías se acercó y dijo:—Señor, Dios de Abrahán, Isaac e Israel: haz que hoy se reconozca que tú eres el Dios de Israel y que yo soy tu siervo que he actuado así por orden tuya.

37. Respóndeme, Señor, respóndeme, para que este pueblo reconozca que tú, Señor, eres Dios, y que eres tú el que harás volver sus corazones a ti.

38. Entonces descendió el fuego divino, devoró el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y secó el agua de la zanja.

39. Al verlo, toda la gente cayó en tierra, exclamando:—¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!

40. Elías les ordenó:—¡Apresad a los profetas de Baal y que no escape ni uno!Los apresaron y Elías mandó bajarlos al arroyo Quisón y allí los degolló.

41. Elías dijo a Ajab:—Vete a comer y a beber, pues se oye el ruido del aguacero.

42. Ajab se fue a comer y beber. Elías, por su parte, subió a la cima del Carmelo, se sentó en tierra con el rostro entre las rodillas

43. y dijo a su criado:—Sube y mira en dirección al mar.El criado subió, miró y dijo:—No se ve nada.Por siete veces Elías le dijo:—Vuelve a hacerlo.

44. A la séptima vez, el criado dijo:—Viene del mar una nube pequeña como la palma de la mano.Entonces Elías le dijo:—Vete a decirle a Ajab: «Engancha y márchate, antes de que la lluvia te lo impida».

45. Inmediatamente, por efecto de las nubes y el viento, el cielo se encapotó y se desencadenó el aguacero. Ajab montó en su carro y marchó a Jezrael.

46. Elías, impulsado por la fuerza del Señor, se ciñó la ropa a la cintura y se fue corriendo delante de Ajab hasta llegar a Jezrael.

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