Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Mateo 8:3-10 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

3. Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: "Quiero; sé limpio." Y al instante quedó limpio de su lepra.

4. Entonces Jesús le dijo: "Mira, no se lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio a ellos."

5. Al entrar Jesús en Capernaúm, se acercó un centurión y Le suplicó:

6. "Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, sufriendo mucho."

7. Y Jesús le dijo: "Yo iré y lo sanaré."

8. Pero el centurión respondió: "Señor, no soy digno de que Tú entres bajo mi techo; solamente di la palabra y mi criado quedará sano.

9. "Porque yo también soy hombre bajo autoridad, con soldados a mis órdenes; y digo a éste: 'Ve,' y va; y al otro: 'Ven,' y viene; y a mi siervo: 'Haz esto,' y lo hace."

10. Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que Lo seguían: "En verdad les digo que en Israel no he hallado en nadie una fe tan grande.

Leer capítulo completo Mateo 8