28. Y todos en la sinagoga se llenaron de ira cuando oyeron estas cosas,
29. y levantándose, echaron a Jesús fuera de la ciudad, y Lo llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad para tirar a Jesús desde allí.
30. Pero El, pasando por en medio de ellos, se fue.
31. Jesús descendió a Capernaúm, ciudad de Galilea, y les enseñaba en los días de reposo.
32. Todos se admiraban de Su enseñanza porque Su mensaje (palabra) era con autoridad.
33. Y había en la sinagoga un hombre poseído por el espíritu de un demonio inmundo, y gritó a gran voz:
34. "Déjanos. ¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién Tú eres: el Santo de Dios."
35. Jesús entonces lo reprendió, diciendo: "¡Cállate y sal de él!" Y después que el demonio lo derribó en medio de ellos, salió de él sin hacerle ningún daño.
36. Todos se quedaron asombrados, y discutían entre sí: "¿Qué mensaje es éste? Porque con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos y salen."
37. Y Su fama se divulgaba por todos los lugares de aquella región.
38. Levantándose, Jesús salió de la sinagoga y entró en casa de Simón (Pedro). La suegra de Simón se hallaba sufriendo con una fiebre muy alta, y Le rogaron por ella.
39. Inclinándose sobre ella, Jesús reprendió la fiebre y la fiebre la dejó; al instante ella se levantó y les servía.
40. Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades se los llevaban a El; y poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.
41. También de muchos salían demonios, gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!" Pero, reprendiéndolos, no les permitía hablar, porque sabían que El era el Cristo (el Mesías).
42. Cuando se hizo de día, Jesús salió y se fue a un lugar solitario. Las multitudes Lo buscaban, y llegaron adonde El estaba y procuraban detener a Jesús para que no se separara de ellos.