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Lucas 22:26-44 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

26. "Pero no es así con ustedes; antes, el mayor entre ustedes hágase como el menor, y el que dirige como el que sirve.

27. "Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No lo es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, entre ustedes Yo soy como el que sirve.

28. "Ustedes son los que han permanecido junto a Mí en Mis pruebas;

29. y así como Mi Padre Me ha otorgado un reino, Yo les otorgo

30. que coman y beban a Mi mesa en Mi reino; y se sentarán en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.

31. "Simón, Simón (Pedro), mira que Satanás los ha reclamado a ustedes para zarandearlos como a trigo;

32. pero Yo he rogado por ti para que tu fe no falle; y tú, una vez que hayas regresado, fortalece a tus hermanos."

33. Y Pedro Le dijo: "Señor, estoy dispuesto a ir adonde vayas, tanto a la cárcel como a la muerte."

34. Pero Jesús le dijo: "Te digo, Pedro, que el gallo no cantará hoy hasta que tú hayas negado tres veces que Me conoces."

35. Y El les dijo a todos: "Cuando los envié sin bolsa, ni alforja, ni sandalias, ¿acaso les faltó algo?" "No, nada," contestaron ellos.

36. Entonces les dijo: "Pero ahora, el que tenga una bolsa, que la lleve consigo, de la misma manera también una alforja, y el que no tenga espada, venda su manto y compre una.

37. "Porque les digo que es necesario que en Mí se cumpla esto que está escrito: 'Y CON LOS TRANSGRESORES FUE CONTADO;' pues ciertamente, lo que se refiere a Mí, tiene su cumplimiento."

38. Y ellos dijeron: "Señor, aquí hay dos espadas." "Es suficiente," les respondió.

39. Saliendo Jesús, se encaminó, como de costumbre, hacia el Monte de los Olivos; y los discípulos también Lo siguieron.

40. Cuando llegó al lugar, les dijo: "Oren para que no entren en tentación."

41. Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba,

42. diciendo: "Padre, si es Tu voluntad, aparta de Mí esta copa; pero no se haga Mi voluntad, sino la Tuya."

43. Entonces se apareció un ángel del cielo, que Lo fortalecía.

44. Y estando en agonía, oraba con mucho fervor; y Su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra.

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