Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Hechos 24:1-15 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

1. Cinco días más tarde el sumo sacerdote Ananías descendió a Cesarea con algunos ancianos y con un abogado llamado Tértulo; y presentaron al gobernador sus cargos contra Pablo.

2. Después que llamaron a Pablo, Tértulo comenzó a acusarlo, diciendo al gobernador: "Ya que por usted hemos obtenido mucha paz, y que por providencia suya se están llevando a cabo reformas en favor de esta nación,

3. nosotros, por todos los medios y en todas partes, reconocemos esto con profunda gratitud, oh excelentísimo Félix.

4. "Pero para no molestarle más, le suplico que, con su habitual bondad, nos conceda una breve audiencia.

5. "Pues hemos descubierto que este hombre es verdaderamente una plaga, y que provoca disensiones entre todos los Judíos por el mundo entero, y es líder de la secta de los Nazarenos.

6. "Hasta trató de profanar el templo. Entonces lo arrestamos y quisimos juzgarlo conforme a nuestra Ley.

7. "Pero interviniendo el comandante Lisias, con gran violencia lo quitó de nuestras manos,

8. mandando a sus acusadores que vinieran a usted. Si usted mismo lo interroga sobre todo lo que he dicho, podrá confirmar las cosas de que lo acusamos."

9. Los Judíos se unieron también a la acusación, asegurando que, efectivamente, así era todo.

10. Después que el gobernador le hizo una señal para que hablara, Pablo respondió: "Sabiendo que por muchos años usted ha sido juez de esta nación, con gusto presento mi defensa,

11. puesto que usted puede comprobar el hecho de que no hace más de doce días que subí a Jerusalén a adorar.

12. "Y ni en el templo, ni en las sinagogas, ni en la ciudad misma me encontraron discutiendo con nadie o provocando un tumulto.

13. "Ni tampoco pueden probar de lo que ahora me acusan.

14. "Pero esto admito ante usted, que según el Camino que ellos llaman secta, yo sirvo al Dios de nuestros padres (antepasados), creyendo todo lo que es conforme a la Ley y lo que está escrito en los Profetas;

15. teniendo la misma esperanza en Dios que éstos también abrigan, de que ciertamente habrá una resurrección tanto de los justos como de los impíos.

Leer capítulo completo Hechos 24