Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

2 Timoteo 1:11-18 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

11. Para este evangelio yo fui constituido predicador, apóstol y maestro.

12. Por lo cual también sufro estas cosas, pero no me avergüenzo. Porque yo sé en quién he creído, y estoy convencido de que El es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día.

13. Retén la norma de las sanas palabras que has oído de mí, en la fe y el amor en Cristo Jesús.

14. Guarda, mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros, el tesoro que te ha sido encomendado.

15. Ya sabes esto, que todos los que están en Asia (provincia occidental de Asia Menor) me han vuelto la espalda, entre los cuales están Figelo y Hermógenes.

16. Conceda el Señor misericordia a la casa de Onesíforo, porque muchas veces me dio consuelo y no se avergonzó de mis cadenas.

17. Antes bien, cuando estuvo en Roma, me buscó con afán y me halló.

18. El Señor le conceda que halle misericordia del Señor en aquel día. Además, los servicios que prestó en Efeso, tú lo sabes mejor.

Leer capítulo completo 2 Timoteo 1