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1 Corintios 7:4-15 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

4. La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.

5. No se priven el uno del otro, excepto de común acuerdo y por cierto tiempo, para dedicarse a la oración. Vuelvan después a juntarse, a fin de que Satanás no los tiente por causa de falta de dominio propio.

6. Pero esto lo digo por vía de concesión, no como una orden.

7. Sin embargo, yo desearía que todos los hombres fueran como yo. No obstante, cada cual ha recibido de Dios su propio don, unos de una manera y otros de otra.

8. A los solteros y a las viudas digo que es bueno para ellos si se quedan como yo.

9. Pero si carecen de dominio propio, cásense. Que mejor es casarse que quemarse.

10. A los casados instruyo, no yo, sino el Señor: que la mujer no debe dejar al (separarse del) marido.

11. Pero si lo deja, quédese sin casar, o de lo contrario que se reconcilie con su marido, y que el marido no abandone a su mujer.

12. Pero a los demás digo yo, no el Señor, que si un hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.

13. Y la mujer cuyo marido no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no abandone a su marido.

14. Porque el marido que no es creyente es santificado por medio de su mujer; y la mujer que no es creyente es santificada por medio de su marido creyente. De otra manera sus hijos serían inmundos, pero ahora son santos.

15. Sin embargo, si el que no es creyente se separa, que se separe. En tales casos el hermano o la hermana no están obligados (sujetos a servidumbre), sino que Dios nos ha llamado para vivir en paz.

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