22. Pero por causa Tuya nos matan cada día; Se nos considera como ovejas para el matadero.
23. ¡Despierta! ¿Por qué duermes, Señor? ¡Levántate! No nos rechaces para siempre.
24. ¿Por qué escondes Tu rostro Y te olvidas de nuestra aflicción y de nuestra opresión?
25. Porque nuestra alma se ha hundido en el polvo; Nuestro cuerpo está pegado a la tierra.
26. ¡Levántate! Sé nuestra ayuda, Y redímenos por amor de Tu misericordia.