Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Salmos 38:4-20 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

4. Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza; Como pesada carga, pesan mucho para mí.

5. Mis llagas huelen mal y supuran A causa de mi necedad.

6. Estoy encorvado y abatido en gran manera, Y ando sombrío todo el día.

7. Porque mis lomos están inflamados de fiebre, Y nada hay sano en mi carne.

8. Estoy entumecido y abatido en gran manera; Gimo a causa de la agitación de mi corazón.

9. Señor, todo mi anhelo está delante de Ti, Y mi suspiro no Te es oculto.

10. Palpita mi corazón, mis fuerzas me abandonan, Y aun la luz de mis ojos se ha ido de mí.

11. Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, Y mis parientes se mantienen a distancia.

12. Los que buscan mi vida me tienden lazos; Los que procuran mi mal hablan de mi destrucción, Y traman traición todo el día.

13. Pero yo, como el sordo, no oigo; Soy como el mudo que no abre la boca.

14. Sí, soy como el hombre que no oye, Y en cuya boca no hay réplica.

15. Porque en Ti espero, oh SEÑOR; Tú responderás, Señor, Dios mío.

16. Pues dije: "Que no se alegren de mí Los que, cuando mi pie resbala, se engrandecen sobre mí."

17. Porque yo estoy a punto de caer, Y mi dolor está continuamente delante de mí.

18. Confieso, pues, mi iniquidad; Afligido estoy a causa de mi pecado.

19. Pero mis enemigos son vigorosos y fuertes; Muchos son los que sin causa me aborrecen.

20. Y los que pagan mal por bien Se me oponen, porque yo sigo lo bueno.

Leer capítulo completo Salmos 38