Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Salmos 30:8-12 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

8. A Ti, oh SEÑOR, clamé, Y al Señor dirigí mi súplica:

9. "¿Qué provecho hay en mi sangre (mi muerte) si desciendo al sepulcro? ¿Acaso Te alabará el polvo? ¿Anunciará Tu fidelidad?

10. Escucha, oh SEÑOR, y ten piedad de mí; Oh SEÑOR, sé Tú mi ayuda."

11. Tú has cambiado mi lamento en danza; Has desatado mi ropa de luto y me has ceñido de alegría;

12. Para que mi alma Te cante alabanzas y no esté callada. Oh SEÑOR, Dios mío, Te daré gracias por siempre.

Leer capítulo completo Salmos 30