Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Salmos 27:4-13 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

4. Una cosa he pedido al SEÑOR, y ésa buscaré: Que habite yo en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura del SEÑOR Y para meditar en Su templo.

5. Porque en el día de la angustia me esconderá en Su tabernáculo; En lo secreto de Su tienda me ocultará; Sobre una roca me pondrá en alto.

6. Entonces será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me cercan, Y en Su tienda ofreceré sacrificios con voces de júbilo; Cantaré, sí, cantaré alabanzas al SEÑOR.

7. Escucha, oh SEÑOR, mi voz cuando clamo; Ten piedad de mí, y respóndeme.

8. Cuando dijiste: "Busquen Mi rostro," mi corazón Te respondió: "Tu rostro, SEÑOR, buscaré."

9. No escondas Tu rostro de mí; No rechaces con ira a Tu siervo; Tú has sido mi ayuda. No me abandones ni me desampares, Oh Dios de mi salvación.

10. Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, El SEÑOR me recogerá.

11. SEÑOR, enséñame Tu camino, Y guíame por senda llana Por causa de mis enemigos.

12. No me entregues a la voluntad de mis adversarios; Porque testigos falsos se han levantado contra mí, Y los que respiran violencia.

13. Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del SEÑOR En la tierra de los vivientes.

Leer capítulo completo Salmos 27