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Salmos 22:1-17 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

1. Para el director del coro; sobre ajelet Hasahar. Salmo de David. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?

2. Dios mío, de día clamo y no respondes; Y de noche, pero no hay para mí reposo.

3. Sin embargo, Tú eres santo, Que habitas entre las alabanzas de Israel.

4. En Ti confiaron nuestros padres; Confiaron, y Tú los libraste.

5. A Ti clamaron, y fueron librados; En Ti confiaron, y no fueron decepcionados.

6. Pero yo soy gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.

7. Todos los que me ven, de mí se burlan; Hacen muecas con los labios, menean la cabeza, diciendo:

8. Que se encomiende al SEÑOR; que El lo libre; Que El lo rescate, puesto que en El se deleita.

9. Porque Tú me sacaste del seno materno; Me hiciste confiar estando a los pechos de mi madre.

10. A Ti fui entregado desde mi nacimiento; Desde el vientre de mi madre Tú eres mi Dios.

11. No estés lejos de mí, porque la angustia está cerca, Pues no hay nadie que ayude.

12. Muchos toros me han rodeado; Toros fuertes de Basán me han cercado.

13. Avidos abren su boca contra mí, Como un león que despedaza y ruge.

14. Soy derramado como agua, Y todos mis huesos están descoyuntados; Mi corazón es como cera; Se derrite en medio de mis entrañas.

15. Como un tiesto se ha secado mi vigor, Y la lengua se me pega al paladar; Me has puesto en el polvo de la muerte.

16. Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malhechores; Me horadaron las manos y los pies.

17. Puedo contar todos mis huesos; Ellos me miran, me observan.

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