31. Pues, ¿quién es Dios, fuera del SEÑOR? ¿Y quién es roca, sino sólo nuestro Dios,
32. El Dios que me ciñe de poder, Y ha hecho perfecto mi camino?
33. El hace mis pies como de ciervas, Y me afirma en mis alturas.
34. El adiestra mis manos para la batalla, Y mis brazos para tensar el arco de bronce.
35. Tú me has dado también el escudo de Tu salvación; Tu diestra me sostiene, Y Tu benevolencia me engrandece.
36. Ensanchas mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado.
37. Perseguí a mis enemigos y los alcancé; Y no me volví hasta acabarlos.
38. Los destrocé y no pudieron levantarse; Cayeron debajo de mis pies.
39. Pues Tú me has ceñido con fuerza para la batalla; Has subyugado debajo de mí a los que contra mí se levantaron.
40. También has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, Y destruí a los que me odiaban.
41. Clamaron, pero no hubo quién los salvara; Aun al SEÑOR clamaron, pero no les respondió.
42. Entonces los desmenucé como polvo delante del viento; Los arrojé como lodo de las calles.
43. Tú me has librado de las contiendas del pueblo; Me has puesto por cabeza de las naciones; Pueblo que yo no conocía me sirve.
44. Al oírme, me obedecen; Los extranjeros me fingen obediencia.
45. Los extranjeros desfallecen, Y salen temblando de sus fortalezas.
46. El SEÑOR vive, bendita sea mi roca, Y ensalzado sea el Dios de mi salvación,
47. El Dios que por mí ejecuta venganza, Y subyuga pueblos debajo de mí;
48. El que me libra de mis enemigos. Ciertamente Tú me exaltas sobre los que se levantan contra mí; Me rescatas del hombre violento.
49. Por tanto, Te daré gracias, oh SEÑOR, entre las naciones, Y cantaré alabanzas a Tu nombre.
50. Grandes victorias da El a Su rey, Y muestra misericordia a Su ungido, A David y a su descendencia para siempre.