Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Salmos 119:92-109 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

92. Si Tu ley no hubiera sido mi deleite, Entonces habría perecido en mi aflicción.

93. Jamás me olvidaré de Tus preceptos, Porque por ellos me has vivificado.

94. Tuyo soy, Señor, sálvame, Pues Tus preceptos he buscado.

95. Los impíos me esperan para destruirme; Tus testimonios consideraré.

96. He visto un límite a toda perfección; Tu mandamiento es sumamente amplio.

97. Mem. ¡Cuánto amo Tu ley! Todo el día es ella mi meditación.

98. Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos, Porque son míos para siempre.

99. Tengo más discernimiento que todos mis maestros, Porque Tus testimonios son mi meditación.

100. Entiendo más que los ancianos, Porque Tus preceptos he guardado.

101. De todo mal camino he refrenado mis pies, Para guardar Tu palabra.

102. No me he desviado de Tus ordenanzas, Porque Tú me has enseñado.

103. ¡Cuán dulces son a mi paladar Tus palabras!, Sí, más que la miel a mi boca.

104. De Tus preceptos recibo entendimiento, Por tanto aborrezco todo camino de mentira.

105. Nun. Lámpara es a mis pies Tu palabra, Y luz para mi camino.

106. He jurado, y lo confirmaré, Que guardaré Tus justas ordenanzas.

107. Estoy profundamente afligido; SEÑOR, vivifícame conforme a Tu palabra.

108. Te ruego aceptes las ofrendas voluntarias de mi boca, oh SEÑOR, Y enséñame Tus ordenanzas.

109. En peligro continuo está mi vida, Con todo, no me olvido de Tu ley.

Leer capítulo completo Salmos 119